¿Para qué arrasaron Valencia? ¿La destruyeron para reconstruirla a su medida? Algunas claves sobre la catástrofe y sus puntos de unión

Magdalena del Amo- Encubierto en el escenario ancestral de la gota fría, unos setenta municipios de la comunidad valenciana quedaron arrasados. La furia del agua destruyó casas, árboles, automóviles y todo lo que encontró a su paso. Es la idea circular del momento y no es para menos. Se habla y se habla, pero ni mentar lo realmente importante. Se miente deliberadamente sobre las causas, y ni una palabra sobre geoingeniería, sobre el control de las tormentas, la actividad de los radares y lo que es más importante en este caso: el por qué y el para qué. Son preguntas claves para resolver el misterio. ¿Para qué necesitaban arrasar todo el territorio anexo a la ciudad: las barracas, las alquerías, los árboles frutales y los animales? Y, sobre todo, las personas que aún permanecen entre el barro y los escombros, sin un entierro digno. Unos porque no saben y otros porque no quieren, lo cierto es que nadie se atreve a hincarle el diente a este tema tan peliagudo y prohibido. ¡Y así se escribe la historia!----- Pero esto no es una catástrofe más, un atentado terrorista de falsa bandera, a los que nos tienen acostumbrados, y que podría haberse producido en cualquier otro lugar. No, estaba escrito que tenía que ser Valencia. Por varias razones que vamos a ir analizando, haciendo uso de algunos ejemplos.------ Lo de Valencia es una especie de “plan de ordenación”, al estilo de los que diseñan los técnicos de los Ayuntamientos, con la salvedad de que estos son para mejoría de los ciudadanos, aunque siempre haya algunos perjudicados. Estos proyectos derriban hileras de casas para convertir calles en avenidas, bulevares o zonas verdes. Los planes hidrológicos han engullido pueblos, fuentes termales y patrimonio histórico; y conozco personas cuyos abuelos enfermaron al perder su casa y huertas; por no hablar de las autopistas, que también arrasan para trazar en línea recta. Pero estos cambios, que tantos disgustos han causado, suelen ir acompañados de una información previa, de un dinero por expropiación, y después, en el caso de los municipios, de una fase de exposición pública y un periodo de alegaciones. Lo de Valencia es un “plan de ordenación” a lo bestia, y asesino, caracterizado por la destrucción y la muerte. Los megalómanos sin alma no se andan con chiquitas y suelen cortar por lo sano. El dolor humano les trae sin cuidado.------- La investigación sobre la catástrofe de Valencia nos lleva a conjeturas interesantes; y, aparte de algún confidente generoso que, de vez en cuando, nos puede filtrar información delicada, recordar la hemeroteca y analizarla puede iluminar el camino para unir puntos y contemplar el tablero.----- Hace tiempo que hablamos de las ciudades de quince minutos, ese proyecto consistente en “reducir los desplazamientos e impulsar una vida basada en la hiperproximidad”, que facilite recorrer el lugar, que dispondrá de todos los servicios” en quince minutos a pie o en bicicleta, a fin de minimizar el impacto ambiental. Un proyecto goloso y comodón si no se analiza el verdadero fin, que no es otro que restringir libertades y tener a la gente concentrada, geolocalizada, confinada y sin escape, a merced de las emisiones de radiación electromagnética cuando el sistema lo considere, y demás etcéteras. Ya saben a qué me refiero: al síndrome de irradiación aguda y demás experimentos perversos, como la neuromodulación.------- Smart cities ------------ La letra pequeña de este invento estipula que, para salir de esta suerte de guetos, los ciudadanos deberán tener un salvoconducto expedido por la autoridad competente, y pagar una tasa. Y esto se sumará a la huella de carbono personal permitido. Todo esto es para cumplir con la nueva religión del clima; una de las grandes mentiras de nuestro tiempo. Lo de Valencia es una pieza de este puzle macabro. Es de locos, lo sé, pero es que quienes diseñan el mundo están locos de remate.-------- Paralelamente, coexiste el proyecto, aún mucho peor, de las “smart cities” (ciudades inteligentes) que, según definición “una smart city es aquella que utiliza el potencial de la tecnología de la información y la comunicación (TIC) para promover de manera más eficiente un desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos”. Son llamadas también ciudades 4.0 y pretenden disminuir la huella ecológica. Las tecnologías de la información y la comunicación serían “el eje vertebrador de las “smart cities”, ya que conectan todos los elementos, mejorando la eficiencia de los bienes y servicios y primando la transparencia de datos; es decir, el control total, hasta de nuestros pensamientos. Resumiendo, son espacios regidos y controlados por la Inteligencia Artificial. Destacan entre las ciudades inteligentes Zurich, Lausana, Copenhague, Oslo, Camberra, y otras muchas.------- Resaltan que no hay que confundir las ciudades inteligentes con las ciudades de quince minutos. Eso sí, todas estas innovaciones son por nuestro bien, para salvarnos. Y después de conocer cómo se mueve esta gentuza psicópata que promueve el “progreso”, es decir, la destrucción de todo lo bueno que hemos conseguido como civilización, como para creer algo que venga de ellos.----- LEER MAS:https://www.alertadigital.com/2024/11/14/para-que-arrasaron-valencia-la-destruyeron-para-reconstruirla-a-su-medida-algunas-claves-sobre-la-catastrofe-y-sus-puntos-de-union/

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